Los ataques de pánico son explosiones de ansiedad extrema que no solo afectan el cuerpo, sino que también desatan miedos profundos que han sido reprimidos durante mucho tiempo. En víctimas de abuso narcisista, estos episodios suelen estar cargados de terrores intensos como el miedo a perder el control, morir, volverse loco, quedar atrapado o ser juzgado, todos ellos alimentados por experiencias de manipulación y maltrato emocional.